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Y nuestras raices
La historia de Castells, entendiéndola en un sentido clásico, es decir, a partir de fuentes escritas, no puede remontarse más allá del siglo XIII. Si bien, el descubrimiento de las Pinturas Rupestres en el santuario del ‘Plá de Petracos’, nos revela que los primeros pobladores, datan de alrededor de 8.000 años de antigüedad.
Los primeros datos escritos, podríamos encontrarlos en las crónicas escritas de Jaime I. Ya que es a partir de la ocupación militar de los ejércitos Cristianos, cuando se puede seguir con relativa continuidad, el devenir de la sociedad que residió en estas tierras.
La Conquista de estas tierras, fue de ocupación militar, al menos en sus primeros momentos. Jaime I que pocos años antes había conquistado y, aquí sí, colonizado las islas Baleares, no disponía entre sus vasallos, de suficientes hombres ni familias como para emprender una sistemática sustitución de la población Árabe por inmigrantes Cristianos.
A partir de la conquista de la capital (Valencia), el resto del reino se debió más a una política de pactos locales. Con capitulaciones que respetaban vidas y bienes de los musulmanes vencidos.
Es precisamente en el tratado bilingüe del ‘pouet’, firmado en 1245 entre, el primogénito de Jaime I y el caudillo árabe Al-azrach, donde este le rendía homenaje al Rey de Aragón, respetándosele sus señoríos.
Y aparece citado Castell de Castells como ‘Castiel’, en el texto Catalán y Qastal en el árabe.
Castells fue entregado a la orden de Calatrava, y fue repoblado con Cristianos provenientes de otras partes del reino, e incluso de reinos vecinos, siendo especialmente importante en la Marina la inmigración de origen Balear.
A partir de este momento, comienzan una serie de sublevaciones, por parte del caudillo árabe, que conducen a una ruptura de los pactos antes firmados y a la expulsión de la mayoría de musulmanes.
Al-Azrach murió en Abril de 1276 ante los muros de Alcoi.
Después de siglos de tensiones, intentos evangelizadores, y endurecimiento de las medidas contra los moriscos, se produjo su total expulsión en 1609, poniendo fin a la presencia multisecular en la península.
Siendo precisamente en ‘Petracos’ donde se libró la última Batalla.